Mi nombre es julia, tengo 30 años y no soy soltera, lo cual parece ser, visto y considerando a mis amigas uno de mis mayores logros en la vida. Tener una pareja consolidada, una relación estable y adulta parece no ser la regla en los tiempos que corren en Buenos Aires, para mi no es gran cosa, ha sido algo de lo más sencillo, algo que ocurrió casi sin mi intervención. Desde mi punto de vista lo único que hice yo, fue enamorarme y cuidar ese amor con un proyecto compartido a pesar de todo. Después un día me vi envuelta en un dinámica familiar más amplia que la de mi familia de origen. Un día empecé a ser un número fijo en cuanto evento de la familia política hubiera, desde velatorios a salidas y tropezadas varias al teatro, al cine o a tomar el té por la ciudad.
Mi nombre es Julia, tengo treinta años y esta es mi historia.
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